Una semana más os escribo con todo mi cariño para expresaros mis pensamientos y deseos. Estoy muy contenta, pues la página va muy bien y el grupo de oración cada vez es más grande. Tan sólo me gustaría que algunos os animarais e hicierais algún comentario y pusierais advocaciones de la virgen de allá de donde sois, pues eso me da ánimo al ver que seguís la oración a la par conmigo.
Esta semana tengo dos novedades. La primera es que vamos a poner el evangelio del domingo todas las semanas, y la segunda es hacer un cuarto grupo de oración de un minuto.
Un joven al que quiero muchísimo me dijo que debía hacer un cuarto grupo de un minuto para los jóvenes o las personas que no tienen costumbre de rezar, y entonces pensé: “¿Un minuto? ¿Y en un minuto qué se va a hacer?” Me puse a pensarlo y me di cuenta de cuán importante es un minuto en nuestra vida.
En un minuto nacemos, en un minuto morimos, en un minuto tomamos las decisiones acertadas o equivocadas, si vas conduciendo en un minuto levantas el pie del acelerador para evitar un accidente, o ayudas a cruzar a un anciano por la calle, o socorres a un niño. Son miles de cosas las que se pueden hacer en un minuto.
Entonces pensé qué hora sería la adecuada para poner ese minuto de oración y se me ocurrió a las 6 de la tarde, pues es la hora a la que las personas vuelven del trabajo, de la Universidad, de las fábricas, de las oficinas, las madres ya tienen a sus hijos del colegio en la casa y todo el mundo puede parar un momento y pensar. En el coche, en el metro, en el autobús, andando... y darle gracias a Dios por el día transcurrido, pedir perdón por las cosas mal hechas durante ese día y pedirle misericordia y protección.
Por las mañanas me gustaría que al abrir los ojos cada cual antes de levantarse diera gracias a Dios por un nuevo día y lo afrontemos con alegría. Si os parece, podemos hacer el “Grupo de la Sonrisa”. Que cuando vayamos a nuestro trabajo o estemos en contacto con las personas, en vez de estar serios, sonriamos. Eso da confianza y buenas vibraciones a la otra persona. Yo estoy deseando que lleguen las siete para empezar a rezar el rosario.
Os voy a contar una pequeña anécdota. Cuando mis padres tenían que ir a algún sitio más temprano de lo habitual y éramos pequeños, mi madre rezaba a las ánimas benditas del purgatorio para que la despertaran antes de que sonara el despertador y así no despertarnos a nosotros, sus hijos. Mi padre decía riéndose que era la única mujer que conocía que despertara al despertador. Pues eso me pasa a mí ahora por las mañanas, que antes de que suene el despertador, yo ya estoy preparada para empezar la hora de oración.
Así que yo creo que los grupos han quedado bien. Los dos primeros para las personas que tienen más tiempo y más costumbre de rezar, y los dos últimos para los jóvenes o las personas que tienen menos tiempo o menos costumbre de rezar (los cinco minutos del Ángelus y el minuto de oración de las 6 de la tarde).
Querida mamá,
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo en lo importante que puede ser un minuto en nuestras vidas.La mayoría de las veces vemos el tren pasar por delante de nuestros ojos y lo dejamos marchar.Algunas veces por miedo, otras por dejadez, por egoismo, por no tener empatía con los que nos rodean. Yo intento cogerlo cada vez que lo veo, pero reconozco que muchas veces lo dejo pasar y quien sabe lo que puede llevar dentro....
Un beso.
Me encanta lo que escribes, yo acabo de iniciar un grupo de oracion en mi comunidad, aquie en Norfol, Va. Dios te bendiga y sigue inspirandonos. Jackie.
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