domingo, 8 de mayo de 2011

Mi encuentro con el santo Padre Pío y San Juan Pablo II.


Por circunstancias de la vida, por enfermedades y problemas, hice una promesa de visitar la tumba del Santo Padre Pío y de San Juan Pablo II.

Después de hacerla, veía casi imposible poderla cumplir, pues no nos encontrábamos con fuerza mi marido y yo para ir a Roma los dos solos. Pero un día mi hija vino a decirnos que se habían puesto de acuerdo todos los hermanos para que si queríamos, me llevaban ella y su marido a cumplir la promesa. Al principio titubeé un poco, pero luego me animé y siempre le estoy agradecida de ver que gracias a ella y a su marido que me acompañaron, pude cumplir mi promesa. Ha sido uno de los momentos más emocionantes de mi vida. Cuando estaba delante de ellos dos, las lágrimas rodaban por mi cara de emoción y alegría, de darles gracias por tantos favores y en silencio yo rezaba y hablaba con ellos.

Amigos, no desaprovechéis la ocasión de rezar a Jesús y a María mediante los Santos, pues tenemos unos buenos intercesores.

Cuando venía a España San Juan Pablo II en visita pastoral a celebrar la jornada de la juventud, de la familia, de los ancianos, hay algunas frases entre tantas como decía que se me han quedado grabadas. Una de ellas era:

“¡Abrid los brazos a Cristo y no tengáis miedo de ser Santos!”.

Eso lo repetía una y otra vez y la gente gritaba y le daba vivas. A los jóvenes les hablaba de lo importante que es ser joven y la fuerza que tiene la juventud para todo en la vida, y él les decía que él era un joven de 80 años. Los jóvenes vibraban con las palabras del Papa.

Y si era en las jornadas de las familias, les decía a estas que son la fuerza del mundo. Que en ellas se forjan todos los buenos valores, de cariño, de abnegación, de ayudarse unos a otros y decía que la familia era indestructible, que nunca destruyéramos las familias.

Y a los ancianos le oí decir una vez que anciano es el que no tiene ilusión por nada ni tiene ningún proyecto que hacer. Con eso nos animaba a los mayores a tener esperanza y ayudar en lo que podamos a los demás.

Son muchas más las frases que decía, pero estas son solo unas pocas para recordarle.

Hemos visto cómo después del atentado empezó el declive en su salud, pero aún así él siguió propagando la palabra de Cristo por el mundo. Ya moribundo la noche antes de su muerte que todo el mundo rezaba por él, la plaza de San Pedro estaba llena de fieles con velas encendidas y todos rezando. Y hay una última imagen que no se me puede olvidar ni a mí ni a miles de personas, cuando el día de su entierro al finalizar la misa él estaba en una caja de pino sencilla y simple y encima de su ataúd había un libro de los Santos Evangelios. La tarde estaba en calma y de pronto una suave brisa se levantó y empezó a mover las hojas del libro. Primero la tapa y luego hoja por hoja de un lado a otro cerraba el libro. Luego en el sentido contrario. Lo hizo como mínimo 5 veces, pero el libro no se movía de su sitio, sólo eran las hojas que pasaban de un lado a otro. Al ver esto, los que estaban allí presentes empezaron a gritar: “¡Santo súbito! ¡Santo súbito!”, que significa “¡Santo rápido! ¡Santo rápido!”.

Esto es a grandes rasgos un pequeño recuerdo de este gran Santo. Hemos tenido la suerte de conocerlo y ahora él espera desde el Cielo que le pidamos cosas.

Bueno, amigos, no sé si os interesan mis historias. Yo os las cuento con todo mi cariño, y como siempre no os olvidéis de rezar, que es el motivo de esta página: que recemos cada vez más.

3 comentarios:

  1. Lo pasamos muy bien, y tengo un montón de recuerdos, como el calor que hacía en San Pedro, casi nos morimos! y el pobre de Carmelo venga traernos agua para mojarnos los gorros!; o lo simpática que era la señora del hotel de Roma;o cuando llegamos a San Guiseppe y todo el pueblo estaba paralizado porque era la de mangare!; ocuando le dije a Carmelo te han robado la maleta!; las cenas en el restaurante de Roma; lo contenta que estabas de cumplir tus promesas! , fué todo estupendo y lo recordaré siempre.

    Un besito.

    ResponderEliminar
  2. Hola abuela adivina kien soy??¿¿¿
    Acertaste,soy Álvaro.
    oye, k me gusta mucho la historia de el padre pio, y k mis padres te ayudaron a cumplirla.Como se te ocurren tantas ideas????¿¿¿¿
    Te (L) mucho.

    Álvaro.

    ResponderEliminar
  3. que xulo, me ha encantado toda la historia de tu viaje, espero que cuando sea mas mayor pueda hacerlo con tigo

    Marta (L)

    ResponderEliminar

Gracias por participar en el grupo de oración.