sábado, 11 de junio de 2011

Festividad de Pentecostés.


 Queridos amigos internautas, hoy voy a hablar de la Festividad de Pentecostés.

“Todas las cosas son de Él, y son por Él, y todas existen en Él. A Él sea dada la gloria por todos los siglos. Amén.”

Después de la ascensión de Jesús a los cielos, los discípulos se quedaron asustados, tristes y desamparados pues creían que con la subida de Jesús a los cielos todo había terminado. A los pocos días se reunieron todos en una casa para hablar y pensar qué iban a hacer porque estaban desorientados. De pronto un leve ruido y un viento suave llenaron la habitación y envolvieron a todos los discípulos. Sobre sus cabezas se pusieron unas lenguas de fuego: era el Espíritu Santo que los había iluminado. De repente se les abrió el conocimiento y la inteligencia, y comprendieron todas las enseñanzas y palabras que Jesús les había dicho mientras vivía con ellos.

Muchas veces cuando nos santiguamos y hacemos la señal de la cruz con la mano derecha, de la frente al pecho, del hombro izquierdo al derecho, y decimos “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” no pensamos en lo que significa este misterio de la Santísima Trinidad, pues lo hacemos de manera rutinaria. Debemos ver al Padre como Dios todopoderoso creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible y creador del orden del universo; a Dios Hijo como el redentor, nuestro salvador Jesús misericordioso, el que nos ha redimido con su muerte en la cruz; y al Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad, que es la luz, el conocimiento, la sabiduría, el espíritu que nos marca el camino para saber discernir lo bueno de lo malo e intentar cada día ser un poco santos.

Como se estudiaba en el catecismo, son tres personas distintas pero un solo Dios verdadero, pues todos se complementan el uno con el otro y todos son el uno en el otro. Qué sería de la Iglesia y de sus ministros si no estuviera presente el Espíritu Santo. Él es el que hace predicar a los sacerdotes y al Papa dirigir a la Santa Iglesia.

Debíamos tener una costumbre. Cuando nos levantemos por la mañana, después de dar gracias a Dios por el nuevo día que nos regala y rezar nuestras oraciones, encomendémonos al Espíritu Santo diciéndole: “ven, Espíritu, sobre mi alma, y llénala por todos los rincones para que sepa hacer y tomar las decisiones adecuadas durante este día. Ayuda a los estudiantes y a todas las personas que te invoquen”.

A lo largo de la historia el Espíritu Santo tocó a San Pablo y le dijo “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Al oír estas palabras, Pablo cayó del caballo. Desde ese momento se convirtió del enemigo y perseguidor más grande de los cristianos, a su mayor defensor.

También a San Francisco Javier, que era sacerdote jesuita y se dedicó a extender la palabra de Cristo como Misionero por todo el mundo, llegando hasta China, donde murió.

O San Ignacio de Loyola, que fundó la Compañía de Jesús y fue militar y poeta. También él estuvo bendecido por el Espíritu Santo.

También Santa Teresa de Jesús, nacida en Ávila. Fue la fundadora de las Carmelitas, mística y poetisa, entre otras cosas. Uno de sus poemas empieza así:

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero. “

Como veis son miles los santos que han sido iluminados por el Espíritu Santo. Esta fiesta es de las más importantes que tiene la Iglesia. Debemos celebrarla con respeto, con alegría y con devoción.

Y para terminar os voy a poner un himno antiguo que espero que os guste:

Ya se aparta el sol ardiente. Y así, ¡oh Luz, perenne unidad!, infunde un amor constante en nuestras almas prendidas.
En la aurora te alabamos y también al mediodía, suspirando por gozar, en el Cielo de tu vista.
Al Padre, al Hijo y a Ti., Espíritu que das vida, ahora y siempre se tributen alabanzas infinitas. Amén.”

Espero que os animéis a rezar cada día más y más y muy especialmente al Espíritu Santo. Hasta la semana que viene, si Dios quiere.

1 comentario:

  1. que historia mas bonita abuela,me encanta.

    Te quiero mucho(L)

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