sábado, 3 de marzo de 2012

La cizaña.



Queridos amigos internautas esta semana os quiero hablar de la parábola de la cizaña.

Iba Jesús andando con sus discípulos cuando un gran grupo de gente le seguía, al darse cuenta Jesús les dijo: “Sentaos, que os voy a hablar del reino de Dios.”

Jesús contó a continuación esta parábola:

Había un labrador que tenía un gran campo de buena tierra y quería sembrar en él trigo así que mando a sus criados que lo limpiaran y lo araran. Una vez que el campo estuvo preparado una mañana al amanecer, cuando las gotas del rocío brillan en los pétalos de las flores y en las hojas verdes de los árboles como diminutas estrellas y la tierra está aún humedecida, el sembrador se dirigió a su campo para empezar a sembrarlo con la buena semilla de trigo que tenía. Una vez terminada su jornada de trabajo se volvió para su casa a descansar y una gran sonrisa se dibujaba en sus labios con la satisfacción de haber hecho un buen trabajo.

Al atardecer, cuando la oscuridad empieza a envolverlo todo con un manto negro, el enemigo del sembrador, se dirigió al campo y lo sembró todo de cizaña.

Al poco tiempo llegaron los criados a ver como estaba el trigo y descubrieron horrorizados que entre el trigo había crecido cizaña. Volvieron a casa a contárselo al sembrador y le dijeron: “Amo si quieres arrancamos la cizaña”, a lo que contestó el sembrador: “No, dejarlas crecer juntas que cuando llegue la época de la siega yo mandaré a los segadores que con sus hoces cortarán primero la cizaña y la prendan fuego. Y luego que sieguen el trigo y lo guarden en mis graneros.”

Amigos con que pocos elementos y de que manera tan sencilla nos ha explicado Jesús esta parábola. A mi entender, os voy a explicar yo lo que creo que significa cada uno de ellos.

El labrador: Es la figura principal de esta historia, pues representa a la figura de Dios. Él es el creador, principio y fin, y dueño y señor de todas las cosas. Él hizo el mundo y puso en él todas las leyes naturales que lo rigen. Llenó el firmamento de soles y de estrellas que nos alumbran, los llenó de aves e hizo que esas estrellas no cayesen a la Tierra y nos aplastasen. Después rodeó a nuestra tierra de grandes océanos y mares e hizo que las aguas se quedaran en sus abismos y no saliesen a inundar la tierra. Los mares los llenó de seres vivos y en el fondo hizo montañas, volcanes y praderas de flores submarinas que el agua las mece como si fueran campos de trigo.

La buena tierra: En la buena tierra estamos representados todos los seres humanos, pues Dios desde un principio hizo barro y nos formó. Pero nos faltaba algo, que era darle la vida a esos hombres. Entonces sopló sobre ellos su aliento y así los hizo a su imagen y semejanza. Ese aliento con que Dios nos dio la vida, es el ama que tenemos cada uno de nosotros. Esa es la buena semilla de trigo que el sembrador echó en la tierra para que germinara y diese fruto.

Dios le regaló la tierra a los hombres, les dio libertad e inteligencia y puso en su espíritu las leyes naturales en las que todo hombre o mujer sabe distinguir lo que está bien de lo que está mal. Dios fue generoso con el hombre, la tierra la llenó de maravillas; de frutos, árboles, animales y de todas las cosas necesarias para su existencia.

La cizaña: El enemigo del sembrador representa al demonio, al maligno, a Lucifer. Él es el que tienta al hombre ofreciéndole toda clase de debilidades para que los hombres con poca voluntad caigamos y pequemos. Ahí están representados los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne. El mundo con sus vanidades y orgullo; el demonio con sus injusticias y toda clase de corrupciones; y la carne con sus glotonería, lujuria y el vivir de una manera cómoda e irresponsable.

Os voy a contar la historia breve de Lucifer. Cuando en el principio Dios creo a los ángeles y arcángeles, llenó el Cielo de coros celestiales que cantaban y le alababan sin cesar. También creo al arcángel mas bello y más inteligente de todos, que llamó Luzbel. Y al verse él tan hermoso tuvo una tentación de soberbia y pensó que podía ser tan grande como Dios. En ese momento se abrieron los cielos y todos los que pensaban como él cayeron a los abismos y pasó de ser el más bello ángel al más terrible de los demonios.

Ahí tenemos la lucha del bien y del mal. Pues Lucifer no se resiste a quitarle las almas a Dios y a engañar a los hombres.

Los segadores: La figura de los segadores con las hoces, representan el momento final de nuestra vida, cuando nos enfrentamos a la muerte. Ese es el momento en que daremos cuenta de todos nuestros actos y esperemos que Dios sea misericordioso con todos nosotros, nos perdone y nos lleve a los graneros del cielo.

Amigos espero que os haya gustado y os haga meditar esta parábola. La semana que viene os pondré la vida de un santo, no os digo el nombre para daros una sorpresa. Espero que os agrade, adiós y que sigamos rezando todos juntos por el bien de nuestros hermanos y familias. Para así poder ver que el reino de Dios llegue a todos los confines de la Tierra.

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