sábado, 25 de junio de 2011

El Corpus Christi en Marbella.


 Queridos amigos internautas, hoy os traigo una breve historia sobre cómo se organizó el Corpus Christi en Marbella. Los extractos están sacados del libro “Pequeña Historia del Corpus Christi”, el cual fue escrito por mi padre, Antonio Maíz Viñals, en 1967.


“Comencemos por la promesa de Cafarnaum, que está contenida en el capítulo 6 de San Juan, versículos 51 al 49. Las frases principales con que la expresó Jesús son: “Yo soy el pan vivo que baló del cielo. Si alguno comiere de este pan vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. En verdad os digo que si no comiéreis la carne del hijo del hombre y bebiéreis su sangre no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna... Que mi carne es verdadero manjar y mi sangre verdadera bebida... Este es el pan que bajó del cielo... El que come este pan vive para siempre.”

(...)

El Jueves Santo, sin embargo, caía en la Semana Santa, encontrándose rodeado de luto por la pasión y muerte de Jesús. Era conveniente consagrar totalmente otra gran solemnidad a la adoración y triunfo de Jesús en la Hostia, en que los transportes de júbilo no encontraran sombra de tristeza.

El instrumento de que se valió la Divina Providencia, para la institución de esta fiesta, fue la virgen beata Juliana de Cornellón.

Nacida en Retinnes, junto a Lieja, en el año 1193, pronto quedó huérfana. Fue educada entre las monjas agustinas del monte Cornellón.

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Murió Juliana de Cornellón el 5 de abril de 1258 en el convento de las monjas sistercienses de Tosses sin ver realizado su sueño, siendo enterrada en Williers.

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Urbano IV, que años antes había tomado parte en la fiesta eucarística de Lieja, expidió el 8 de septiembre de 1264 la famosa bula Transiturus, en la que después de conmemorar y ensalzar el amor de Jesucristo que resplandece en la Eucaristía, ordenó la celebración anual de la fiesta del Corpus Christi, señalando para ella el jueves siguiente al domingo de la Santísima Trinidad; y para mover a los fieles a celebrarla con espíritu y solemnidad, expone en la bula las razones que le han determinado a establecer esta nueva fiesta, otorgando muchas indulgencias a los fieles que asistieren a la misa y al oficio divino.

(...)

En España fue Barcelona la primera ciudad que la celebró, en 1319, haciéndose un pregón que convocó a los vecinos para tal solemnidad, la cual se repitió tres años después, en 1322.

(...)

En 1424 el Rey Alfonso V de Aragón llevó una vara del palio en la procesión con los Conceller y otros personajes y en el año 1535 también llevó en Barcelona la misma vara del palio en la procesión del Corpus el Emperador Carlos V, (...)

(...)

(...) salió por primera vez la procesión el año 1488, presidiendo la misma el primer alcalde de la Marbella Católica, don Pedro de Ribadeo, Conde de Ribadeo.

Desde entonces hasta nuestros días se ha vendido celebrando con breves interrupciones la tradicional procesión del Santísimo Corpus Christi, siendo celosos guardianes de su culto la Hermandad Sacramental de Marbella, la más antigua de nuestra ciudad y de la cual tenemos de cuando en cuando retazos de su historia que nos dan fe de su existencia, y así vemos un contrato realizado el 25 de mayo de 1573 entre don Gaspar Sánchez Cerrero, Mayordomo que dijo ser de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Marbella, y Francisco de Sarría Platero, de Málaga, en cuyo contrato se estipula la construcción de una Cruz de Plata “que la dicha Cruz sea bien fecha, proporcionada de la obra e modelo de otra Cruz que está en el guión del Santísimo Sacramento de la Iglesia del Sr. San Juan de esta Ciudad, que a de tener de peso 20 ducados de plata... de los cuales el dicho Gaspar Sánchez le a dado e pagado 18 ducados de plata”.

Después la constitución solemne de la Hermandad tal como existe en la actualidad después del “bache” de la invasión napoleónica que tuvo lugar el 25 de julio de 1828.

Más tarde, en el año 1903, el incidente surgido en un exceso de fervor religioso por llevar las varas del palio entre el Hermano Mayor de la Hermandad, don Juan Bautista de la Torre y don Andrés Delelos Rotonal, que representaba al Ayuntamiento de Marbella.

Por último, la reorganización de la Hermandad en el año 1937 hasta nuestros días.”


La tradición ha hecho que durante el día del Corpus se engalanen las calles y balcones con mantones, colchas bordadas y banderas. Y en la calle en algunos lugares se montan altares con la figura del sagrado corazón de Jesús rodeado de flores y macetas, y en el suelo plantas aromáticas como la hierbabuena y el matranto. Esos altares son visitados por la procesión del Santísimo y allí el sacerdote reza una oración y da la bendición al pueblo.

Espero que os haya gustado lo que os he contado para que veáis la importancia de esta fiesta, que en algunas ciudades de España se celebra con gran solemnidad, como Toledo, Granada y Sevilla. Pero no hay un rincón de España que el día del Jueves Santo no haga su pequeña procesión para honrar al Santísimo. En algunos lugares hacen alfombras de flores con bonitos dibujos y colores para que el Santísimo pase sobre ellas.

Hasta la semana que viene. Que recéis mucho al Santísimo.

sábado, 18 de junio de 2011

Romería de la Virgen del Rocío.


 ¡Viva la Virgen del Rocío!
¡Viva la blanca paloma!
¡Viva el pastorcito divino!
¡Viva la madre de Dios!
¡Viva la reina de las marismas!
¡Viva la patrona de Almonte!

La Virgen del Rocío es el rocío de la mañana, es la que nos da alegría, la que nos consuela, la que nos ampara y nos protege, la que nos cuida y marca el camino.

Pero lo más importante de la Virgen de Rocío, es que es templo del Espíritu Santo, pues este la cubrió y la hizo madre de Dios. Ella fue inmaculada antes del parte, en el parto y después del parto

Desde la eternidad Dios pensó en como haría a su madre. La libró del pecado original y luego la adornó con toda clase de belleza física y espiritual, la cubrió de toda clase de dones de gracias y de virtudes, ¿cómo no iba a preparar Dios a su madre?

Cuando se acerca el domingo de Pentecostés, de muchos pueblos y ciudades salen las hermandades camino de la aldea. Todos ellos llevan la primera carreta al “Sin Pecado” de la Virgen, que es un estandarte. La carreta va tirada por un par de bueyes que de ellos cuidan los carreteros, estando la carreta de la Virgen siempre adornada de preciosas velas y de luces, y a continuación en un perfecto orden van detrás las demás carretas adornadas con flores de papel y cintas de colores.

Los romeros unos van andando, otros a caballo, otros en charret y cabriolas. Los que van andando siempre procuran ir rodeando a al Virgen. Cuidando de la hermandad, va el alcalde de carretas.

Pero para los que no los sepáis os preguntaréis, ¿dónde está la Virgen del Rocío? Siempre está en nuestro corazones pero físicamente está en la aldea del Rocío (Almonte, provincia de Huelva).

La aldea imaginaos un pueblo antiguo, cuyas calles son de arena y las casas son de una planta o dos como máximo y en las calles la gente ata los caballos. La bordea el coto de Doñana y en medio de una explanada se alza la ermitade la Virgen, de paredes blancas como la nieve, con su campanario y una campana que no para de tañir invitándonos a todos a la oración y a que vallamos a visitarla.

A los pies de la ermita, se encuentra la marisma. Un lugar precioso donde pacen caballos y yeguas con sus potrillos en estado salvaje. Allí se alimentan durante todo el año y corren en libertad. Y una vez al año los vaqueros los sacan de las marismas y los llevan al monte para hacer la entresaca, es un espectáculo único. Allí los limpian y cortan las crines, se quedan con los que les interesan y los otros los devuelven a la marisma.

La hermandad matriz de Almonte es la que organiza la romería y dispone a cada hermandad el sitio donde tienen que acampar para descansar y el orden para entrar en el coto de Doñana.

Las hermandades que vienen del lado de Cádiz tienen que atravesar el río Guadalquivir por Bajo de Guía en unas barcazas, en ellas montan a los caballos las carretas y transportan a los romeros para entrar en el coto.

El coto de Doñana es un espacio protegido donde hay una gran masa forestal de pinos, chaparros, alcornoques, acebuches, etc. Hacen un manto verde como los ojos de la Virgen, y ya todas las hermandades entran en el coto por un camino que se llama la Raya Real. Visto desde el aire es como una serpiente multicolor que alegra la vista del que lo lee.

El viernes tienen que estar todas las hermandades en el Rocío, las campanas de la ermita no paran de animar a los peregrinos para que hagan el último esfuerzo. En sus rostros se nota el cansancio del camino, pero en sus labios se ve la alegría y la sonrisa por llegar.

El sábado, día grande, todas las hermandades en orden perfecto van delante de la ermita y allí son recibidas por el hermano mayor de Almonte y su junta de gobierno. Este acto este año ha durado desde las once de mañana hasta las once de la noche sin parar de pasar carretas y peregrinos, es muy emocionante ver a los bueyes como los carreteros hacen que se arrodillen los bueyes en la puerta de la ermita para saludar a la Virgen.

El domingo, día central del Rocío, se celebra a las 10 de la mañana la misa de pontificar a la que acuden todos los Sin Pecados y todos los rocieros. Es impresionante de ver al aire libre tantas miles de personas y no se oye ningún ruido, tan solo se escucha a los sacerdotes y al coro cantar. Y os digo que doy fe de ello, porque yo he estado en el Rocío y es verdad lo que os estoy contando.

Al atardecer, sobre las nueve de la noche, por los altavoces de la aldea empiezan a llamar una a una a todas las hermandades por su nombre, para que vaya con su Sin Pecado a rezar el Santo Rosario. Las campanas de la ermita no paran de sonar y cuando ya termina este acto se vuelve los Sin Pecados a sus casas en la aldea y ya empieza el bullicio.

La multitud de fieles y de peregrinos, empiezan a llenar la ermita la plaza y todo el contorno esperando la hora que la saquen a la calle. Este acto no sucede hasta las dos en adelante de la madrugada, es el delirio, y cuando llega en momento los almonteños cogen a la Virgen del altar y la sacan en su trono a la calle. Todos son gritos, palmas, vivas y empujones. Todos se quieren acercar a la Virgen, y Ella desde lo alto mira a todos con alegría y cariño a sus hijos rocieros que tanto la quieren. Unos dicen ¡Guapa!, otros aplauden, los padres elevan a sus hijos para que la Virgen los bendiga, y al ver todas estas cosas a la Virgen parece que le da vergüenza y se le pone un rubor en las mejillas.

La Virgen esta toda la noche y hasta la madrugada del día siguiente visitando una a una a todas las hermandades, así le devuelve la visita. Cuando ya ha terminado su recorrido y la llevan hacia la ermita, todos con lágrimas en los ojos la despiden con tristeza de ver que se ha acabado el Rocío, pero con la alegría de haber estado allí y pensando en volver el año que viene.

Pienso que no hay una Virgen en el mundo que no le hayan compuesto tantos versos, salves y canciones como a la Virgen del Rocío.

Para terminar amigos os digo:

¡Viva la Virgen del Rocío!
¡Viva la blanca paloma!
¡Viva el pastorcito divino!
¡Viva la madre de Dios!
¡Viva la reina de las marismas!
¡Viva la patrona de Almonte!

sábado, 11 de junio de 2011

Festividad de Pentecostés.


 Queridos amigos internautas, hoy voy a hablar de la Festividad de Pentecostés.

“Todas las cosas son de Él, y son por Él, y todas existen en Él. A Él sea dada la gloria por todos los siglos. Amén.”

Después de la ascensión de Jesús a los cielos, los discípulos se quedaron asustados, tristes y desamparados pues creían que con la subida de Jesús a los cielos todo había terminado. A los pocos días se reunieron todos en una casa para hablar y pensar qué iban a hacer porque estaban desorientados. De pronto un leve ruido y un viento suave llenaron la habitación y envolvieron a todos los discípulos. Sobre sus cabezas se pusieron unas lenguas de fuego: era el Espíritu Santo que los había iluminado. De repente se les abrió el conocimiento y la inteligencia, y comprendieron todas las enseñanzas y palabras que Jesús les había dicho mientras vivía con ellos.

Muchas veces cuando nos santiguamos y hacemos la señal de la cruz con la mano derecha, de la frente al pecho, del hombro izquierdo al derecho, y decimos “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” no pensamos en lo que significa este misterio de la Santísima Trinidad, pues lo hacemos de manera rutinaria. Debemos ver al Padre como Dios todopoderoso creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible y creador del orden del universo; a Dios Hijo como el redentor, nuestro salvador Jesús misericordioso, el que nos ha redimido con su muerte en la cruz; y al Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad, que es la luz, el conocimiento, la sabiduría, el espíritu que nos marca el camino para saber discernir lo bueno de lo malo e intentar cada día ser un poco santos.

Como se estudiaba en el catecismo, son tres personas distintas pero un solo Dios verdadero, pues todos se complementan el uno con el otro y todos son el uno en el otro. Qué sería de la Iglesia y de sus ministros si no estuviera presente el Espíritu Santo. Él es el que hace predicar a los sacerdotes y al Papa dirigir a la Santa Iglesia.

Debíamos tener una costumbre. Cuando nos levantemos por la mañana, después de dar gracias a Dios por el nuevo día que nos regala y rezar nuestras oraciones, encomendémonos al Espíritu Santo diciéndole: “ven, Espíritu, sobre mi alma, y llénala por todos los rincones para que sepa hacer y tomar las decisiones adecuadas durante este día. Ayuda a los estudiantes y a todas las personas que te invoquen”.

A lo largo de la historia el Espíritu Santo tocó a San Pablo y le dijo “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Al oír estas palabras, Pablo cayó del caballo. Desde ese momento se convirtió del enemigo y perseguidor más grande de los cristianos, a su mayor defensor.

También a San Francisco Javier, que era sacerdote jesuita y se dedicó a extender la palabra de Cristo como Misionero por todo el mundo, llegando hasta China, donde murió.

O San Ignacio de Loyola, que fundó la Compañía de Jesús y fue militar y poeta. También él estuvo bendecido por el Espíritu Santo.

También Santa Teresa de Jesús, nacida en Ávila. Fue la fundadora de las Carmelitas, mística y poetisa, entre otras cosas. Uno de sus poemas empieza así:

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero. “

Como veis son miles los santos que han sido iluminados por el Espíritu Santo. Esta fiesta es de las más importantes que tiene la Iglesia. Debemos celebrarla con respeto, con alegría y con devoción.

Y para terminar os voy a poner un himno antiguo que espero que os guste:

Ya se aparta el sol ardiente. Y así, ¡oh Luz, perenne unidad!, infunde un amor constante en nuestras almas prendidas.
En la aurora te alabamos y también al mediodía, suspirando por gozar, en el Cielo de tu vista.
Al Padre, al Hijo y a Ti., Espíritu que das vida, ahora y siempre se tributen alabanzas infinitas. Amén.”

Espero que os animéis a rezar cada día más y más y muy especialmente al Espíritu Santo. Hasta la semana que viene, si Dios quiere.

sábado, 4 de junio de 2011

Feria y fiesta en honor de San Bernabé, Patrón de Marbella.


 Queridos amigos internautas, como se acerca la fiesta en honor de nuestro patrón San Bernabé, se me ha ocurrido que os hablara un poco del santo y cómo era la feria cuando yo era pequeña.

San Bernabé nació en Chipre. Fue uno de los 70 apóstoles primeros que predicaron el evangelio por toda la Tierra. Es un santo muy importante que la Iglesia lo cataloga al nivel de San Pablo. Cuando era joven vendió todo lo que tenía y lo entregó a la comunidad cristiana, y ahí empezó su apostolado por la Tierra.

Marbella, viendo sus virtudes y sus cualidades lo eligió como su santo patrono.

- Feria de Marbella.

Cuando yo era pequeña recuerdo perfectamente cómo se preparaba y se vivía la feria. La feria era pequeña pero muy entrañable y todo el mundo la esperaba con una gran ilusión, pues entonces no había tantas diversiones como ahora.

Cuando ya se acercaba el mes de junio las mujeres y hombres empezaban a preparar sus casas, las pintaban por dentro al igual que sus fachadas y algunos les ponían un zócalo de color de otra pintura para que los chiquillos cuando jugaban en la calle no la mancharan con las pelotas, pues entonces los niños jugaban en la calle. Se adornaban los balcones con macetas, con claveles, clavellinas, margaritas y azucenas, y en las puertas de las casas se ponían macetas de sombra, helechos, esqueletos y pilastras. Algunos en la calle cogían algunos bidones grandes, los pintaban de blanco y en ellos sembraban jazmines y damas de noche. La ciudad estaba preciosa, todas las casas limpias y blanqueadas y oliendo a flores.

Ahora había que preparar otra cosa importantísima, que eran los vestidos. Había la costumbre de que en la feria todo el mundo estrenaba un traje, y entonces nuestras madres compraban telas y ellas mismas los confeccionaban, pues era muy normal que en todas las casas había una máquina de coser. Las más antiguas eran con manivela y las más modernas eran de pedales, pues las eléctricas todavía no se conocían.

Para las personas que no sabían coser había unos talleres de modistas donde les hacían la ropa. En ellos una oficiala era la que cortaba y enseñaba a coser a las otras chicas. Cuando uno pasaba por debajo de los balcones donde había un taller de modistas se oían a las muchachas cantar, contar chistes y risas pensando en los chicos que iban a conocer y con los que iban a bailar en la feria.

Una tercera cosa importante era el pelo. Había personas que iban sólo a la peluquería una vez al año, a cortárselo y a hacerse la permanente, que era lo que más se estilaba. Todo el mundo quería estar guapo para la feria, todos estaban preparados. Hasta que por fin llegaba la víspera el día 10 de junio y entonces desde el balcón del ayuntamiento el cohetero tiraba unos cuantos cohetes a las 12 del mediodía, y el alcalde se asomaba al balcón y animaba a los parroquianos a que se pasaran unas fiestas felices con orden y con alegría. Acto seguido iba el alcalde con el párroco y la corporación al barrio, a un lugar donde estaba la Cruz del Humilladero, que era el lugar donde los Reyes Católicos entregaban a los cristianos el pendón (banderín) y las llaves de la ciudad, las cuales se las habían arrebatado a los moros.

Por la mañana la banda de música iba recorriendo todo el pueblo tocando pasacalles para animar a la gente y detrás de ellos iban los gigantes y cabezudos. Los gigantes eran dos, el Rey y la Reina (Isabel y Fernando); y los cabezudos eran enanos con la cabeza gorda tipo bufones que iban haciendo reír a la gente. Los chiquillos iban detrás de ellos y todo el mundo se divertía.

Al atardecer, cuando el sol ya empieza a oscurecer, se elegía a las reinas infantil y juvenil. Y acto seguido se encendía el alumbrado de la feria, que eran bombillas de muchos colores, farolillos y banderitas. Y a las 12 de la noche comenzaban los fuegos artificiales. Estos se hacían siempre desde la playa, y algunas veces los que los tiraban se montaban en tres barcas y desde el mar los tiraban. Era precioso ver subir los cohetes a gran velocidad formando en el cielo palmeras, árboles, lágrimas, los castillos dando vueltas, todo se reflejaba en el agua y hacía un ambiente mágico.

Os voy a decir la situación de la feria. Fijaros si era pequeña que se hacía en el parque de la Alameda y en la avenida. Los cacharros se ponían al borde de la carretera, eran pocos pero estaban siempre dobles. Una noria para adultos y otra para los niños, las barquitas, los caballitos, la ola, los coches de choque y el carro de las patadas. Este último consistía en unas cadenas colgando que al final tenían un asiento de hierro donde se subía cada persona, y al dar vueltas parecía que volaban. Cuando ya éramos más jovencitas los muchachos intentaban desde sus cadenas coger a la chica que les gustaba. Siempre había risas y diversión.

Luego la feria se llenaba de puestos vendiendo turrones, dulces, palomitas, patatas fritas, coco, perritos calientes, y barecitos donde la gente se tomaba refrescos y vinos. También había dos o tres tómbolas, algunas casetas de tiro, los patitos y poco más.

Luego lo más importante de la feria era el baile. Todo el mundo iba al baile, grandes y chicos. En todas las ferias se hacían muchos noviazgos y la gente se lo pasaba en grande. Había una costumbre muy bonita, que cuando volvían de la feria siempre llevaban a las personas mayores que no habían ido o a los enfermos una tableta de turrón, peladillas o frutas escarchadas. Nadie se quedaba sin probar los dulces de la feria.

- El primer día de feria, el Día de San Bernabé.

Este es el gran día de fiesta. Por la mañana a las 11 se hacía una solemne misa en honor del patrón al que acudía el ayuntamiento en pleno. Os voy a contar cómo iban. Delante iban dos ujieres vestidos con sus mazas a la antigua y detrás de ellos iba el alcalde, la corporación y las autoridades del pueblo. El día antes de la misa llevaban del ayuntamiento los sillones de los plenos y los ponían en la iglesia y allí se sentaban todos para dar importancia al Santo.

Por la tarde las familias enteras todas de punta en blanco bajaban al completo a la feria. Las mujeres casi siempre con una flor en el pelo o en el pecho, y algunas se hacían biznagas (la biznaga se hace así, en una horquilla de moño se iban ensartando uno a uno los jazmines formando una flor), que iban dejando una estela de perfume a jazmín allá por donde pasaban. Muchas familias venían de los campos a la feria, y se notaba los que venían de fuera por la señal del sombrero en su frente. Eran los hombres buenos que cuidan el campo, los labradores, los que con su esfuerzo y trabajo hacen que tengamos fruta y verdura todo el año.

Por las mañanas en la alameda se hacían carreras de cintas, de sacos, había campeonatos de fútbol juveniles y para mayores y campeonatos de ping-pong. Y algunas tardes, a las 5 había corridas de toros. Montaban una plaza de madera portátil a las afueras del pueblo y allí daban festejos. Muchas veces venían rejoneadores y otras veces el bombero torero, un espectáculo cómico que le encantaba a la gente.

Como veis todas estas cosas se sucedían durante los tres o cuatro días de feria. Ahora que lo veo en la lejanía y lo comparo con lo de ahora, aquello tan pequeño y tan entrañable fue la semilla de lo que es hoy día la actual feria de Marbella.

Ahora hay una cosa que antes no existía, que es la feria de día. Se llena todo el pueblo de casetas y de gente cantando y bailando, bebiendo y comiendo, y de mujeres con vestidos de gitana. Y el día de San Bernabé le sacan en procesión por todo el pueblo (eso antes no se hacía). Un grupo de jóvenes y de hombres fundaron los Romeros de San Bernabé. La procesión transcurre así. Todas las chicas, jóvenes y mayores, hasta los niños en sus cochecitos, van vestidas de gitana con sus trajes de colores, de lunares, de flores, sus peinecillos y flores en el pelo, y van cantando y bailando por la calle. A continuación van los romeros, que van vestidos de pantalón azul y camisa blanca, y en las manos llevan romeros que van repartiendo a todo el que se lo pide. Al atardecer, cuando la procesión llega a la Alameda, encienden antorchas de colores que iluminan al Santo. Y detrás, las autoridades y la música, siempre la música.

A grandes rasgos os he contado cómo es la feria en mi pueblo. Si alguna vez en el mes de junio hacia el 11 tenéis ocasión de venir a Marbella, os quedaréis encantados de la alegría, la animación y la diversión que hay por toda la ciudad.

Espero que os haya gustado. Hasta la semana que viene.