Nuestra Señora del buen parto y la buena leche
Queridos amigos internautas, hoy quiero compartir con vosotros un
pequeño diario que escribí hace 33 años cuando estaba embarazada
de mi quinto y último hijo.
Por problemas del embarazo, tuve que ser hospitalizada en el Hospital
Civil de Málaga cerca de 3 meses.
Durante esos meses de tristeza y sin sabores, tuve que adaptarme a
esta nueva situación. Mi habitación era muy pequeña. Tenía un
armario, un lavabo, una mesita, una ventana y lo único que era
grande era la cama. A través de la ventana veía los montes de San
Antón, un pedazo de cielo y a lo lejos unas casa que de noche se
iluminaban.
Mi ánimo se puso por los suelos de estar allí sola y al mirar el
trozo de cielo si estaba yo un poco más alegre lo veía yo de un
azul tan radiante y claro como el color del manto de la Purísima,
pero si estaba triste, al igual que mi alma , el cielo cambiaba y se
ponía gris. En los días de gran soledad y tristeza, cuando de mis
ojos brotaban las lágrimas a raudales y rodaban por mis mejillas, el
cielo se ponía tan oscuro y negro que derramaba la lluvia y se
deslizaba por el cristal de mi ventana.
Amigos ya estamos en Adviento. Esta época maravillosa del año en
que todos nos preparamos nosotros y nuestros hogares para celebrar la
navidad. Durante esta época del año, todos queremos ser mejores e
intentamos que reine la armonía en nuestros hogares y preparamos
nuestra alma para limpiarla de todo pecado para celebrar con júbilo
la noche de noche buena.
Durante el tiempo que estuve en el hospital empecé a escribir el
diario que luego os pongo. En él escribía todo lo que me sucedía a
diario. He creído oportuno contaros esto para que todas vosotras que
estéis ahora en cinta o lo habéis estado, recordéis vuestros
pensamientos y diálogos que tuvisteis con vuestros hijos antes de
nacer. Quiero que esta sea mi felicitación de navidad y desearos que
al igual que reinaba la paz y la felicidad en aquel pesebre cuando
nació Jesús, esa misma felicidad se traslade a todos vuestros
hogares y todos nos arrebujemos alrededor de María y José
contemplando al niño.
A continuación os escribo el diario espero que os guste y que paséis
unas felices fiestas.